Hasta la llegada del argentino al club rojiblanco en 2011, los 173 partidos oficiales entre ambos equipos plasmaban una paridad histórica
A. CASAÑ
Hasta la llegada el 23 de diciembre de 2011 del Cholo Simeone, los 173 partidos oficiales entre el Valencia y el Atlético eran encuentros disputados, pero sobre todo muy igualados, puesto que el balance era de 65 victorias para el Valencia y 67 triunfos del Atlético, además de 41 empates; desde entonces, el Atlético del «Cholo» ha conseguido 14 victorias, 9 empates y tan solo 2 derrotas ante el Valencia, con el que se medirá este lunes en Mestalla.
Han sido, históricamente, dos conjuntos muy parecidos -tanto deportiva como institucionalmente-, pero cuya realidad actual es bien diferente, como demuestra el hecho de que el Atlético de Madrid se haya clasificado para las últimas diez ediciones de la Liga de Campeones, mientras que el Valencia solo ha accedido a la máxima competición continental en tres de esas diez campañas.
Así, si a la llegada del Cholo el Atlético tenía varios títulos nacionales más que el club de Mestalla, el Valencia contaba con más presencia europea y también títulos, una realidad que ya no es la actual, puesto que en esta última década las dos Ligas Europa y otras dos Supercopas de España han vuelto a decantar la balanza de lado colchonero.
El hecho de que el Valencia solo le haya conseguido ganar dos de los 25 últimos partidos al Atlético de Madrid representan ya una tendencia que no solo se demuestra en los enfrentamientos directos (67 victorias del Valencia por 81 del Atlético), sino que también se muestra en el conjunto de las competiciones, puesto que el club gestionado por Meriton Holdings solo ha conseguido una Copa del Rey en la última década.
En ese tiempo, el Atlético ha sido capaz de llegar a dos finales de Champions, lograr cuatro títulos europeos, ganar dos Ligas, una Copa del Rey y una Supercopa de España, un intervalo de tiempo en el que el club de Mestalla, sin embargo, se ha depreciado, ha tenido varias temporadas sin llegar a Europa -un hecho atípico en los últimos 30 años- y ha contado con múltiples entrenadores de la mano de una discutible gestión deportiva por parte de Peter Lim.
La estabilidad que dotan al Atlético el Cholo Simeone como entrenador y Enrique Cerezo como presidente, un tándem que no se ha disociado en los últimos diez años, contrasta con la realidad social del Valencia, club por el que desde diciembre de 2011 -llegada de Simeone-han pasado cinco presidentes, una venta del club y hasta quince entrenadores distintos.
Así, la travesía por el desierto del club de Mestalla, que lleva tres campañas seguidas en busca de un rumbo claro que le permita volver a Europa y que ha sufrido las ventas de jugadores importantes y, sobre todo, la no contratación de futbolistas que suplan esas salidas, se hace tediosa para el aficionado valencianista.
El fan ve cómo un equipo que en la década de los 2000 tuvo una realidad social muy complicada, como el Atlético, está ahora muy por encima de él, mientras otros equipos como Villarreal, Betis o Real Sociedad realizan proyectos deportivos claros, con la reinversión de la pérdida de activos importantes en nuevos fichajes.
La llegada al conjunto colchonero de Simeone hace diez años marcó un punto de inflexión para el equipo madrileño, que durante estos diez años ha desequilibrado la paridad histórica existente entre Valencia y Atlético y ha visto una oportunidad -fichajes de Kondogbia y Wass– en el desmantelamiento deportivo del club valenciano, que ha tenido que vender para pagar deuda, por la inexistencia de un proyecto deportivo que solo vivió entre 2017 y 2019 de la mano de Mateu Alemany y Marcelino.