El Comité Técnico de Árbitros elige dos colegiados que han perjudicado al equipo de Mestalla en sus últimas actuaciones.
A. CASAÑ
Rubiales dirá lo que le de la gana en el ámbito de sus falsedades habituales pero uno de los órganos dependientes de la Federación que él preside, el Comité Técnico de Árbitros (CTA), ha designado a dos colegiados muy polémicos para la grada de Mestalla. Es decir, desde el propio organismo federativo no se tiene intención alguna de evitar el riesgo de la polémica y las protestas.
En un partido en dónde ambos equipos se juegan la permanencia en Primera, parace de nuevo una provocación la designación del desafiante extremeño como árbitro principal (Gil Manzano) y una irresponsabilidad la del colegiado madrileño para el VAR (Del Cerro Grande), después de sus últimas presencias sobre el cesped del coliseo valencianista.
Del Cerro Grande pitó en abril el partido Valencia- Sevilla. Y dejó de señalar un penalti claro al Valencia que le hubiese permitido empatar un choque que se había decantado de parte del Sevilla por otra polémica decisión. El autor del gol, Badé, cae primero y golpea a Yunus Musah y ni el colegiado ni el VAR vieron nada punible. Decisión trascendental que influyó en el resulado.
Poco despùés, en un centro desde la izquierda, el balón golpea en el brazo extendido de Fernando que impide que el balón llegue a ser disptado por Cavani. El árbitro del comité madrileño no lo vio en primera instancia, el VAR le llamó para verlo en la pantalla y, pese a todo, no decretó nada.
Gil Manzano saldó su última actuación en Mestalla ante el Villarreal con dos goles anulados justamente pero con otra actuación chulesca e incompetente, mostrando tarjetas gratuitas a Thierry y Cavani que estaban apercibidos, y también a Nico y Samuel Lino. por acciones más que normales en las disputas de balón.