Valencianista.eu Un sentiment, 100 años de historia
‘O Rei’ falleció este jueves en Sao Paulo tras ser ingresado en cuidados paliativos
A. CASAÑ
Edson Arantes do Nascimento, Pelé, ha fallecido este jueves a los 82 años de edad en Sao Paulo (Brasil), en el hospital donde había sido ingresado en cuidados paliativos tras no responder al tratamiento de quimioterapia al que se sometía desde que en 2021 le diagnosticaron cáncer de colon.
Campeón del mundo con Brasil en 1958, 1962 y 1970, está considerado uno de los mejores jugadores de toda la historia del fútbol. Desde sus inicios en el Santos hasta su retirada en el New York Cosmos en 1971, Pelé ha sido venerado en todos los rincones del mundo y especialmente en Brasil, donde era una personalidad esencial de la cultura del país.
Pelé ingresó en el hospital el pasado miércoles al no reaccionar de manera efectiva al tratamiento, aunque en un principio su hija había tranquilizado a la sociedad al restarle importancia y explicar que acudían para revisar la medicación. Sin embargo, todo empeoró para ‘O Rei’ en las últimas jornadas, cuando tuvo que ser trasladado a paliativos mientras su vida se apagaba.
El astro brasileño fue diagnosticado en 2021 de un cáncer de colon, debido al que comenzó a reducir sus apariciones públicas pese a que, en principio, estaba reaccionando bien al tratamiento, hasta hace unas semanas. Pelé falleció rodeado por varios de sus hijos y nietos, que pasaron con él la Navidad en el hospital de Sao Paulo donde estaba ingresado desde el pasado 29 de noviembre, justo hoy hace un mes.
Dice adiós así uno de los grandes genios de la historia del fútbol, si no el más grande, el único con tres Copas del Mundo en sus vitrinas, y con él se pone punto final a una generación de estrellas que forjaron el camino de los grandes ídolos actuales del fútbol.
Su palmarés
Protagonista absoluto de la historia de los Mundiales, el único futbolista en levantar el trofeo más importante del fútbol de selecciones en tres ocasiones, ya descansa para siempre. ‘O Rei’ se va, pero su recuerdo es imborrable. Su Brasil natal en particular, una nación a la que el icónico atacante convirtió en potencia futbolística, y el mundo del balompié en general lloran la pérdida del considerado por muchos el mejor jugador de la historia. Pero lo que nadie discute es que, junto a Leo Messi, Alfredo Di Stéfano, Johan Cruyff y Diego Armando Maradona, Pelé está en lo más alto del Olimpo de este bello deporte.
Su idilio en la Copa del Mundo comenzó pronto, en plena adolescencia, en Suecia 1958 con un gol ante la anfitriona en la final que inició una supremacía internacional sin igual. El segundo título brasileño fue inminente, en Chile 1962, pero Pelé, que vio puerta en el primer encuentro del Mundial ante México, sufrió una lesión muscular ante Checoeslovaquia en el segundo partido e, inevitablemente, tuvo un papel muy secundario en los momentos decisivos del campeonato.
Una nueva lesión le alejó de los focos en Inglaterra 1966 en un torneo aciago para los de verde y amarillo, pero la obra magna del prodigio de Minas Gerais tuvo lugar en México 1970. Con 30 años, el del Santos hizo un Mundial descomunal que culminó con un testarazo al fondo de la red en la final del Estadio Azteca ante Italia. Aquel gol abrió el marcador de un duelo que acabó en goleada, 4-1, para delirio de los brasileños. Era la tercera Copa del Mundo para su nación e, irremediablemente, el último destello del ídolo Pelé en los Mundiales.
En ese su último Mundial, en México 70, volvió alcanzar la gloria siendo pieza fundamental del considerado mejor equipo de todos los tiempos, una constelación de estrellas que maravilló al mundo integrada por Carlos Alberto, Jairzinho, Gérson, Tostao y Rivelino. Con Brasil disputó un total de 92 encuentros y sigue siendo el máximo goleador histórico de su país con 77 goles, empatado con Neymar.
Pelé debutó con el Santos antes cumplir los 16 años, meses después de que su descubridor, Waldemar de Brito, convenciera a su madre para que dejara su trabajo una fábrica de zapatos para hacer las maletas rumbo a Sao Paulo y hacer carrera en el mundo del fútbol.
Profesional entre 1956 y 1977, estuvo 18 años en el Santos y finalizó su trayectoria en el Cosmos de Nueva York, donde jugó tres temporadas. Con el club brasileño levantó seis Ligas, una Copa Libertadores y dos Copas Intercontinentales, una lograda ante el Benfica en 1962 y otra frente Milan en 1963.
La FIFA, la IFFHS o France Football le nombraron mejor futbolista del Siglo XX mientras que para la agencia Reuters o L’Equipe fue directamente el mejor atleta del Siglo. Fue embajador de las Naciones Unidas y Embajador de Buena Voluntad de UNICEF.
También hizo sus pinitos en el mundo de la política ejerciendo de ministro de Deportes de Brasil en 1994. Desde ese cargó impulsó la llamada Ley Pelé que promulgaba que cuando un jugador finalizaba su contrato con su club, debía renovar o el club estaba obligado a dejarlo en libertad.
Su palmarés
Protagonista absoluto de la historia de los Mundiales, el único futbolista en levantar el trofeo más importante del fútbol de selecciones en tres ocasiones, ya descansa para siempre. ‘O Rei’ se va, pero su recuerdo es imborrable. Su Brasil natal en particular, una nación a la que el icónico atacante convirtió en potencia futbolística, y el mundo del balompié en general lloran la pérdida del considerado por muchos el mejor jugador de la historia. Pero lo que nadie discute es que, junto a Leo Messi, Alfredo Di Stéfano, Johan Cruyff y Diego Armando Maradona, Pelé está en lo más alto del Olimpo de este bello deporte.
Su idilio en la Copa del Mundo comenzó pronto, en plena adolescencia, en Suecia 1958 con un gol ante la anfitriona en la final que inició una supremacía internacional sin igual. El segundo título brasileño fue inminente, en Chile 1962, pero Pelé, que vio puerta en el primer encuentro del Mundial ante México, sufrió una lesión muscular ante Checoeslovaquia en el segundo partido e, inevitablemente, tuvo un papel muy secundario en los momentos decisivos del campeonato.
Una nueva lesión le alejó de los focos en Inglaterra 1966 en un torneo aciago para los de verde y amarillo, pero la obra magna del prodigio de Minas Gerais tuvo lugar en México 1970. Con 30 años, el del Santos hizo un Mundial descomunal que culminó con un testarazo al fondo de la red en la final del Estadio Azteca ante Italia. Aquel gol abrió el marcador de un duelo que acabó en goleada, 4-1, para delirio de los brasileños. Era la tercera Copa del Mundo para su nación e, irremediablemente, el último destello del ídolo Pelé en los Mundiales.
En ese su último Mundial, en México 70, volvió alcanzar la gloria siendo pieza fundamental del considerado mejor equipo de todos los tiempos, una constelación de estrellas que maravilló al mundo integrada por Carlos Alberto, Jairzinho, Gérson, Tostao y Rivelino. Con Brasil disputó un total de 92 encuentros y sigue siendo el máximo goleador histórico de su país con 77 goles, empatado con Neymar.
Pelé debutó con el Santos antes cumplir los 16 años, meses después de que su descubridor, Waldemar de Brito, convenciera a su madre para que dejara su trabajo una fábrica de zapatos para hacer las maletas rumbo a Sao Paulo y hacer carrera en el mundo del fútbol.
Profesional entre 1956 y 1977, estuvo 18 años en el Santos y finalizó su trayectoria en el Cosmos de Nueva York, donde jugó tres temporadas. Con el club brasileño levantó seis Ligas, una Copa Libertadores y dos Copas Intercontinentales, una lograda ante el Benfica en 1962 y otra frente Milan en 1963.
La FIFA, la IFFHS o France Football le nombraron mejor futbolista del Siglo XX mientras que para la agencia Reuters o L’Equipe fue directamente el mejor atleta del Siglo. Fue embajador de las Naciones Unidas y Embajador de Buena Voluntad de UNICEF.
También hizo sus pinitos en el mundo de la política ejerciendo de ministro de Deportes de Brasil en 1994. Desde ese cargó impulsó la llamada Ley Pelé que promulgaba que cuando un jugador finalizaba su contrato con su club, debía renovar o el club estaba obligado a dejarlo en libertad.
Leyenda
El máximo anotador de la ‘verdeamarela’ hasta el momento (recordar, 77 goles en 92 partidos oficiales, empatado con Neymar), marcó un total de 767 goles en 831 partidos oficiales en el grueso de su carrera, siendo así el quinto máximo goleador de la historia por detrás de hombres como Messi, Romario o Cristiano, estos últimos protagonistas de un fútbol mucho más moderno donde se disputan bastantes más encuentros que en las décadas de los 50 y 60. Asimismo, sumando sus goles en partidos amistosos, ‘O Rei’ fue el primer futbolista en superar la barrera de los 1.000 goles (varias décadas después, Romario emuló tal hito).
