Rosa Muriel / ASÍ ES LA VIDA
Tiempo de rebrotar, como lo hacen las plantas y árboles de nuestro alrededor. Una época, la de la primavera, en la que hay que proponerse nuevas metas, nuevas pruebas o cambios de rumbo. Todas las decisiones son tomadas con energía, porque la estación proporciona esas buenas vibraciones que motivan a cambiar o emprender una dirección nueva.
Porqué tú, Primavera, sabes a compromiso, a camino recto y a curvas peligrosas. Sabes a oasis en desierto, a sonrisas cuando no se debe, y te la contagia, ya te digo yo que te la contagia. Sabes ser pantera y si no me crees, mírala a los ojos. Sabes a un atardecer en la montaña, en el mar, o donde tú quieras, el caso es que ella esté contigo, al lado.
Sabes a café al despertarte y a olor de pan tostado. Sabes ser lluvia en días despejados y el más fuerte de los soles en días de tormenta. Sabes ser mujer, no de esas de las que te provocan el murmullo, sino de las que te provocan el silencio. Sabes a puro duende, porque puedes. Sabe llenarte la vida de ratitos, y eso no hay tesoro de pirata que lo pague.
Sabe hacer que el corazón te bombee más rápido de lo normal sin que te des cuenta y creas que te está dando un patatús. Sabe a improvisación, no entiende de guiones, así, sin complejos y con una perpetua primavera.
Que bien la supo componer Vivaldi… Y como dijo Neruda: «Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera». Bienvenida Primavera!