Los 7 puntos conseguidos sobre 9 posibles confirman un inicio ilusionante en una temporada cuyo objetivo ha ser volver a Europa
ANTONIO CASAÑ
El Valencia de Pepe Bordalás ha logrado en poco más de dos meses interiorizar unos valores competitivos y un estilo de juego que se echaban en falta entre los aficionados blanquinegres. Tan solo se han disputado tres jornadas de LaLiga, estamos todavía al comienzo de la temporada, pero las sensaciones, como ya ocurriera en pretemporada, son positivas y el inicio prometedor del equipo se traduce, nada más y nada menos, que en el mejor arranque en LaLiga de los últimos 7 años.
Son siete puntos de nueve posibles en estas tres primeras jornadas, lo que es sin duda un bagaje alentador. Ningún otro equipo supera el dato. Hay que retroceder en el tiempo, hasta la temporada 14/15, para ver un registro igual. Aquel año, como ahora, también se obtuvieron siete puntos en los primeros tres partidos de LaLiga, si bien esta temporada el Valencia mejora además los números en cuanto al aspecto defensivo, al encajar tan solo un gol por los dos que recibió aquella campaña.
De la mano del técnico alicantino, el equipo funciona como bloque, tal como ha demostrado ante Getafe (disputado todo el partido con un jugador menos), Granada (al que en el primer tiempo se le hicieron suficientes ocasiones como para sentenciar al partido) y Deportivo Alavés, y con esa base, brillan también las individualidades, como es el caso de Carlos Soler, que destaca como máximo goleador nacional gracias a sus 3 goles. La temporada 21.22 no ha hecho más que empezar pero el equipo emana ilusión, a falta de algún refuerzo más que añadir a los Giorgi Mamardashvili, Omar Alderete, Marcos André, la consolidación de Yunus Musah y las aportaciones de Jesús Vázquez o Alessandro Burlamaqui.
Ahora, y tras los partidos de clasificación para el Mundial de Qatar de la selección (Suecia, Georgia y Kosovo), llegan los partidos ante Osasuna en El Sadar, Real Madrid en Mestalla y Sevilla en el Sánchez Pizjuán, tres piedras de toque para medir las opciones de futuro del Valencia. Pero el trabajo ha empezado bien, se planifica para mejorar y a buen seguro la temporada se va a parecer bien poco a las desoladoras campañas anteriores. Un Valencia ‘Made in Bordalás’.