Rosa Muriel / ASÍ ES LA VIDA
Hoy mismo, tal vez mañana o cualquier otro día puede ser el mejor de nuestra existencia. Y no es difícil lograrlo. Hoy, cuando me he levantado, repentinamente me di cuenta que este es… ¡el mejor día de mi vida! Ha habido ocasiones en que me he preguntado si podré hacer algo de provecho en el día de hoy y lo hice. Creo que esto es más que suficiente para celebrar.
Hoy voy a celebrar la vida que he tenido, y también con muchas adversidades. Voy a vivir este día con la frente bien alta y un corazón feliz. Me sorprenderé de los simples regalos de la naturaleza: una mañana tranquila, el sol, las nubes, los árboles, las flores. Hoy ninguna de estas minúsculas creaciones van a escapar de mi vista.
Hoy, compartiré mi emoción por la vida. Voy a hacer sonreír a alguien. Dejaré de preocuparme por lo que no tengo que preocuparme y seré agradecida por despertar y respirar cada día. Tendré presente que la preocupación es solo una pérdida de tiempo, y que en el futuro todo estará bien.
Antes de ir a dormir observaré la noche y elevaré mis ojos al cielo para admirar la belleza de las estrellas. Cuando el día finalice y ponga mi cabeza en la almohada, daré las gracias por el mejor día de mi vida y dormiré el sueño de un niña feliz, emocionada con la esperanza de saber que mañana será… ¡el mejor día de mi vida!